Wednesday, May 09, 2007

DIETA Y TERCERA EDAD


Texto correspondiente al desarrollo del tema en "Radio Cariño", programa "Puro cariño", conducido por Rafael Araneda.

Rafael Araneda:
En la medida que pasan los años y nos acercamos a la edad adulta, nos encontramos cada vez más cercanos a nuestra vejez y a la vez convivimos con la vejez de nuestros antecesores inmediatos: abuelos, padres, tios. Es muy habitual que nuestro grupo familiar nuclear se encuentre integrado por un adulto mayor y esta situación será cada vez más frecuente, el 11,4 % de la población nacional está conformada por adultos mayores, dentro de 10 años esta cifra se duplicará, lo que significa 3.5 millones de ancianos para el año 2.020.

¿Cuáles son los principales problemas de nutrición que enfrentan nuestros abuelos hoy en día?

Si bien es cierto, el envejecimiento de la población constituye una consecuencia del desarrollo social, económico y tecnológico, no es menos cierto que plantea problemas de índole médico, social y económico, no solo en Chile, si no que en el mundo. La población adulta mayor de 65 años, desde el aspecto nutricional, constituye un grupo biológica y socialmente vulnerable en cuanto a la cobertura de sus nutrientes. Los adultos mayores presentan muchas alteraciones nutricionales tanto por déficit como por exceso.
La alimentación del anciano es generalmente deficiente, monótona e irregular, situación que se ve agravada por una mayor dificultad del organismo para utilizar apropiadamente los nutrientes de la dieta. No se debe olvidar que muchos adultos mayores llegan a esta edad con enfermedades crónicas como obesidad, diabetes, hipertensión arterial, colesterol alto, cáncer, enfermedades cardiovasculares por lo cual su alimentación debe estar orientada al tratamiento de estas. Por otro lado, la falta total o parcial de la dentadura y por consecuencia el déficit masticatorio influye notoriamente en la calidad de la alimentación. Se debe recordar que un anciano con prótesis, tiene solo un 30% de la funcionalidad de un individuo con dentadura completa.

¿Qué factores, propios de la vejez, intervienen en la nutrición del anciano?

Los adultos mayores no son concientes sobre la necesidad de una dieta balanceada, situación común entre los hombres viudos que siempre dependieron de la mujer para su alimentación (en santiago en 40% de los hombres mayores de 70 años son viudos).
El factor más relevante en la deficiente nutrición del anciano son sus bajos ingresos que restringen la ingesta en cantidad y calidad.
Un factor muy significativo tiene que ver con el aislamiento social. Los ancianos que viven solo pierden interés por la alimentación. La alimentación en grupo favorece la actividad social y como consecuencia un mayor interés por la comida.
Los ancianos son portadores de impedimentos físicos, alrededor de la mitad de los ancianos mayores de 70 años presentan algún grado de impedimento físico que limita su capacidad para la obtención de alimentos y para su preparación. No es infrecuente encontrarse con ancianos que no comen durante todo el día o los que basan su dieta en pan y té. Los ancianos con impedimentos de carácter osteoarticulares como las artrosis y artritis u otras limitaciones, presentan un estado nutricional más deteriorado del de aquellos que se valen por si mismos.
Las depresiones, estados de confusión y las alteraciones cognitivas, frecuentes en los ancianos, no favorecen la independencia en la selección de los alimentos.

¿Cuales son las recomendaciones de alimentación que podemos dar para los ancianos?

Los ancianos, debido a la importante disminución de la actividad física y de la masa muscular, tienen un menor requerimiento de calorías, esto significa una restricción de las grasas, particularmente las saturadas, y de los hidratos de carbono, especialmente los refinados como el azúcar y los productos que la contienen. Sin embargo, para los demás nutrientes como proteínas, minerales, vitaminas, ácidos grasos esenciales, antioxidantes y fitoquímicos, sus necesidades son similares a las del adulto joven. Esto significa que su dieta debe contener lácteos de bajo contenido graso, carnes de preferencia magras, huevo, frutas y verduras, legumbres y cereales de preferencia integrales. Es necesario limitar el consumo de productos con alto contenido de grasas saturadas como: cecinas, carnes rojas (vacuno, cerdo y cordero), cecinas como hígado y sesos, yema de huevo, mantequilla, los que además contienen colesterol que favorecen las enfermedades al corazón. Se debe dar preferencia a los pescados y al aceite vegetal.

Es fundamental que la dieta del adulto mayor sea muy limitada en el contenido de sal, producto vinculado con la hipertensión arterial, la sal está presente en los alimentos envasados, en las cecinas, en la salsa de soya, etc.

¿Cuáles son los requerimientos de agua del anciano?

Este es un tema muy importante de tratar, debido a que los adultos mayores tienen deprimido el reflejo de la sed, sin embargo el agua es fundamental para mantener el buen funcionamiento de los riñones, evitar la deshidratación, mantener la temperatura corporal y facilitar la digestión. Los ancianos deben consumir alrededor de 8 vasos de agua diariamente incluidas las sopas, el té, las aguas de hierba, la leche, sin embargo, es preciso señalar que su consumo debe realizarse alejado de las comidas dado que su consumo junto con las comidas dificulta la digestión dado que diluye los jugos gástricos, cuya producción está alterada en el anciano, Por otro lado, debido a la disminución en la secreción salival a esta edad, los alimentos deben incorporarse húmedos para favorecer su deglución.

¿Qué y como debiera comer un adulto mayor?

En forma general se puede recomendar que el adulto mayor consuma en forma diaria: 1 a 2 panes; 1 taza de cereales como arroz o fideos; 2 platos de verduras crudas o cocidas; 3 frutas; 2 a 3 tazas de leche o yogurt, pudiendo reemplazarlas por quesillo o queso; 1 presa de pescado fresco o en conserva (1 a 2 veces por semana), pollo o pavo sin piel (1 a 2 veces por semana), legumbres (1 o 2 veces por semana), huevo (2 unidades semanales), carnes rojas en forma ocasional (1 vez por semana); 6 cucharaditas de aceite, de preferencia crudo, agregado a ensaladas y/o guisos de almuerzo y cena; reducir el azúcar y la sal. Los alimentos deben distribuirse en 4 comidas diarias: desayuno, almuerzo, once y cena pudiéndose agregar una pequeña colación (fruta) a media mañana o a media tarde.

¿Es recomendable la actividad física en el anciano?

Forman parte de los hábitos de vida saludable la alimentación y la actividad física, esta última cumple un rol fundamental, mejora la funcionalidad, favorece la circulación sanguínea, aumenta la capacidad respiratoria, fortalece los huesos y el corazón. Es recomendable realizar una caminata de 20 a 30 minutos diarios. Un adulto mayor debiera contar con pesas de 2 a 3 kilos para estimular la musculatura de los brazos. Los ejercicios deben hacerse con moderación para prevenir lesiones.

Rafael Jiménez Lira
Nutricionista (Msc)

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