OBESIDAD INFANTIL
El texto siguiente corresponde al desarrollo del tema en el programa "Puro Cariño", en radio cariño, 104.9; conducido por Rafael Araneda.
Rafael Araneda:
El miércoles pasado, al término de nuestra sección con el nutricionista Rafael Jiménez, recibimos el siguiente correo electrónico, que motivó el tema de hoy:
Nuestra auditora Jessica Pérez nos escribió lo siguiente:
Hola Rafa: me encanta esta radio y te escucho todas las mañanas, también a la Krishna y a la Jennifer, hoy escuché al nutricionista y me encantaría que en otra oportunidad hablaran de la obesidad infantil, tengo un hijo de 6 años, mide 1.26 y pesa 37 kilos, lo trato de medir en su dieta pero es súper goloso y malísimo para comer fruta, me llora porque me dice que tiene hambre, trato de ser dura pero la verdad es que es una lata tener un niño a dieta. Aconséjame por favor, gracias.
Chao y felicitaciones por el programa.
Jessica
¿Podemos decirle de inmediato en que situación está su hijo, es o no obeso?
El hijo de Jessica debiera pesar, para su estatura de 1, 26 metros, un máximo de 27 kilos, y su peso promedio debiera ser de 24.5 kilos. La respuesta lamentablemente es: si, el niño de Jessica está obeso. Le sugiero a nuestra auditora que lo lleve de urgencia a un pediatra, pero antes de tomar la decisión averigua si el médico trabaja con un nutricionista. Si la respuesta es no, busca uno que si lo haga.
¿Es grave el problema de la obesidad infantil en Chile?
Sin duda, en esto somos el número 1 en latino América. El 25 % o sea, 1 de cada 4 de los niños menores de 6 años controlados en el sistema público de salud, tiene problemas con su peso. Un 35% de los preescolares que asisten a los jardines infantiles de la Junji, un 38% de los niños de 1º básico, un 33% de los escolares púberes y un 50 % de los adultos.
La mayoría (entre un 40 y un 76%) de los niños obesos hoy serán obesos cuando adultos, lo que encierra grandes peligros para la salud, un niño obeso hoy puede ser candidato a un infarto a los 30 años, entre otros serios problemas.
¿Qué es la obesidad?
La obesidad es una enfermedad que surge como consecuencia de una alteración en el balance energético entre las calorías que se ingieren a través de los alimentos y el gasto efectuado por el organismo, el exceso se almacena como tejido graso. La obesidad esta fuertemente influenciada por las condiciones medio ambientales, particularmente la dieta – rica en grasas y azúcar – y el sedentarismo, características ambas de la vida moderna. Esta condición constituye un serio factor de riesgo en la aparición de las enfermedades crónicas no transmisibles, hipertensión arterial, diabetes tipo 2, dislipidemias, cáncer
¿Por qué se presenta la obesidad en los niños?
La obesidad tanto en niños como en adultos tiene el mismo origen: reitero, dietas ricas en azúcares y grasas, o sea, dietas hipercalóricas, más un estilo de vida sedentario, exacerbado hoy por la presencia de entretención inmovilizante como la televisión y el computador. Las calorías que no se ocupan el organismo las reserva como tejido adiposo, grasa. Es muy importante entender que el cuerpo humano no tiene ninguna otra opción que almacenar el excedente, en esta verdadera bodega de energía, que es el tejido graso.
La obesidad en el niño tiene una gran diferencia con la del adulto. El niño no tiene la opción de elegir, puesto que se adapta a las costumbres de su entorno, a los hábitos de alimentación de su familia, a los sistema de premiación de sus parientes, al estilo de celebrar cumpleaños que imponen sus padres y a la insistencia de los comerciales que lo incitan a consumir basura mientras son dejados frente al televisor mirando los “inofensivos programas infantiles”.
¿Cómo sabemos cuando un niño tiene sobre peso o es obeso?
Existen tablas de evaluación del estado nutricional, publicadas por el ministerio de salud el año 2.003 con el titulo de “Norma técnica de evaluación nutricional del niño de 6 a 18 años”. Esta norma utiliza el índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso en kilos por el cuadrado de la estatura en metros, existiendo para cada edad una referencia que permite diagnosticar el estado nutricional. Ver tablas en el link siguiente.http://www.minsal.cl/ici/nutricion%5CNormaEvNut6a18anos.pdf
¿Qué consejos prácticos podemos dar a las personas que nos escuchan?
Los niños necesitan sentirse amados, queridos, aceptados. De esta forma les permitiremos construir una autoestima positiva que favorezca el respeto por su cuerpo. Enseñarles a cuidarse es una buena forma de comenzar: “Que hermosos son tus pies. ¿Sabías que sirven para sostener tu cuerpo y para movilizarlo?, ¿sabías que tus pies sufren cuando deben sostener un cuerpo que pesa más de lo que ellos pueden soportar?
Para lograr modificar los hábitos de alimentación de un niño, se requiere modificar los hábitos familiares. Evitar o disminuir el azúcar, las bebidas dulces, los productos ricos en grasa. Cambiar los hábitos de compra en el supermercado, la presencia de golosinas en casa serán siempre una tentación para los niños. Mantener una oferta variada de frutas y verduras en casa y, especialmente, predicar con el ejemplo, es importante que los niños vean a sus padres consumir frutas y verduras, los gestos de rechazo frente a un alimento por parte del adulto, son fácilmente interpretados por el niño.
Un niño no necesita manejar dinero, los padres, tíos y abuelos cometen un grave error, pensando que una determinada cantidad de dinero cubre la ausencia de tiempo juntos o constituye manifestación de cariño. Lo más probable es que este se transforme en golosinas ricas en grasas y azúcar.
Se debe disminuir el tiempo de inmovilización frente al televisor y al computador a no más de 2 horas diarias e incentivar el desarrollo de actividades deportivas y de esparcimiento al aire libre, que el niño no las sienta como obligatorias: “veamos cuanto te demoras en ir y volver corriendo hasta la esquina, ¿veamos ahora si lo haces en menor tiempo?, mañana probaremos de nuevo, creo que puedes hacerlo más rápido”. Saltar la cuerda, llevarlo a la plaza para que juegue a colgarse de los fierros, saltar, pasar por entre los obstáculos, etc.
Los padres no deben olvidar que cuando van al supermercado, son ellos quienes dirigen las compras, no los niños.
Evitar salir de compras al supermercado con hambre, para favorecer que las compras sean hechas con racionalidad y no guiadas por el estómago. Esto también es válido para los niños.
Instaurar horarios que incluyan 4 a 5 comidas diarias: desayuno, almuerzo, once y cena, más una colación opcional.
No olvidar que las necesidades de alimentación del niño son, en términos absolutos, inferiores a las del adulto, esto significa que las cantidades a servir deben ser menores, en este sentido es una buena opción elegir platos pequeños y evitar repetir la porción. Las comidas deben venir servidas desde de la cocina. La opción de auto servicio con las preparaciones puestas en la mesa, favorece un mayor consumo de alimentos.
Tanto el almuerzo como la cena deben componerse de una ensalada abundante, un segundo plato con carnes blancas o rojas o huevo, en base de cereales, papas, leguminosas, y un postre de fruta.
¿Son importantes en la salud de los niños los eventos sociales como los cumpleaños?
Sin ninguna duda, no solo por lo que comen durante el cumpleaños, sino también por lo que reciben de regalo, normalmente muchos chocolates.
Los cumpleaños se llenan de azúcar y grasas: la torta, galletas, los dulces de la piñata, las bebidas aportan las calorías del azúcar. Las ramitas, suflitos, papitas fritas envasadas, hacen lo suyo con las grasas, que además son de mala calidad. Como si esto fuera poco, hoy los cumpleaños son dejados en manos de los restaurantes de comida rápida, que incluyen más grasa por medio de las hamburguesas, papas fritas y mayonesa.
¿Pero, como podemos hacer un cumpleaños saludable?
Con frutas, almendras, nueces, ciruelas secas, palitos de zanahoria y apio con salsa de yogurt con ciboulette, una torta que contenga harina integral y cremas dietéticas. Jugos de fruta endulzados con mitad azúcar y mitad endulzante. En mi opinión la piñata es algo prescindible puesto que no se origina en nuestras costumbres, pudiéndose retomar la costumbre de las sorpresas, las que no incluyen golosinas.
El miércoles pasado, al término de nuestra sección con el nutricionista Rafael Jiménez, recibimos el siguiente correo electrónico, que motivó el tema de hoy:
Nuestra auditora Jessica Pérez nos escribió lo siguiente:
Hola Rafa: me encanta esta radio y te escucho todas las mañanas, también a la Krishna y a la Jennifer, hoy escuché al nutricionista y me encantaría que en otra oportunidad hablaran de la obesidad infantil, tengo un hijo de 6 años, mide 1.26 y pesa 37 kilos, lo trato de medir en su dieta pero es súper goloso y malísimo para comer fruta, me llora porque me dice que tiene hambre, trato de ser dura pero la verdad es que es una lata tener un niño a dieta. Aconséjame por favor, gracias.
Chao y felicitaciones por el programa.
Jessica
¿Podemos decirle de inmediato en que situación está su hijo, es o no obeso?
El hijo de Jessica debiera pesar, para su estatura de 1, 26 metros, un máximo de 27 kilos, y su peso promedio debiera ser de 24.5 kilos. La respuesta lamentablemente es: si, el niño de Jessica está obeso. Le sugiero a nuestra auditora que lo lleve de urgencia a un pediatra, pero antes de tomar la decisión averigua si el médico trabaja con un nutricionista. Si la respuesta es no, busca uno que si lo haga.
¿Es grave el problema de la obesidad infantil en Chile?
Sin duda, en esto somos el número 1 en latino América. El 25 % o sea, 1 de cada 4 de los niños menores de 6 años controlados en el sistema público de salud, tiene problemas con su peso. Un 35% de los preescolares que asisten a los jardines infantiles de la Junji, un 38% de los niños de 1º básico, un 33% de los escolares púberes y un 50 % de los adultos.
La mayoría (entre un 40 y un 76%) de los niños obesos hoy serán obesos cuando adultos, lo que encierra grandes peligros para la salud, un niño obeso hoy puede ser candidato a un infarto a los 30 años, entre otros serios problemas.
¿Qué es la obesidad?
La obesidad es una enfermedad que surge como consecuencia de una alteración en el balance energético entre las calorías que se ingieren a través de los alimentos y el gasto efectuado por el organismo, el exceso se almacena como tejido graso. La obesidad esta fuertemente influenciada por las condiciones medio ambientales, particularmente la dieta – rica en grasas y azúcar – y el sedentarismo, características ambas de la vida moderna. Esta condición constituye un serio factor de riesgo en la aparición de las enfermedades crónicas no transmisibles, hipertensión arterial, diabetes tipo 2, dislipidemias, cáncer
¿Por qué se presenta la obesidad en los niños?
La obesidad tanto en niños como en adultos tiene el mismo origen: reitero, dietas ricas en azúcares y grasas, o sea, dietas hipercalóricas, más un estilo de vida sedentario, exacerbado hoy por la presencia de entretención inmovilizante como la televisión y el computador. Las calorías que no se ocupan el organismo las reserva como tejido adiposo, grasa. Es muy importante entender que el cuerpo humano no tiene ninguna otra opción que almacenar el excedente, en esta verdadera bodega de energía, que es el tejido graso.
La obesidad en el niño tiene una gran diferencia con la del adulto. El niño no tiene la opción de elegir, puesto que se adapta a las costumbres de su entorno, a los hábitos de alimentación de su familia, a los sistema de premiación de sus parientes, al estilo de celebrar cumpleaños que imponen sus padres y a la insistencia de los comerciales que lo incitan a consumir basura mientras son dejados frente al televisor mirando los “inofensivos programas infantiles”.
¿Cómo sabemos cuando un niño tiene sobre peso o es obeso?
Existen tablas de evaluación del estado nutricional, publicadas por el ministerio de salud el año 2.003 con el titulo de “Norma técnica de evaluación nutricional del niño de 6 a 18 años”. Esta norma utiliza el índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso en kilos por el cuadrado de la estatura en metros, existiendo para cada edad una referencia que permite diagnosticar el estado nutricional. Ver tablas en el link siguiente.http://www.minsal.cl/ici/nutricion%5CNormaEvNut6a18anos.pdf
¿Qué consejos prácticos podemos dar a las personas que nos escuchan?
Los niños necesitan sentirse amados, queridos, aceptados. De esta forma les permitiremos construir una autoestima positiva que favorezca el respeto por su cuerpo. Enseñarles a cuidarse es una buena forma de comenzar: “Que hermosos son tus pies. ¿Sabías que sirven para sostener tu cuerpo y para movilizarlo?, ¿sabías que tus pies sufren cuando deben sostener un cuerpo que pesa más de lo que ellos pueden soportar?
Para lograr modificar los hábitos de alimentación de un niño, se requiere modificar los hábitos familiares. Evitar o disminuir el azúcar, las bebidas dulces, los productos ricos en grasa. Cambiar los hábitos de compra en el supermercado, la presencia de golosinas en casa serán siempre una tentación para los niños. Mantener una oferta variada de frutas y verduras en casa y, especialmente, predicar con el ejemplo, es importante que los niños vean a sus padres consumir frutas y verduras, los gestos de rechazo frente a un alimento por parte del adulto, son fácilmente interpretados por el niño.
Un niño no necesita manejar dinero, los padres, tíos y abuelos cometen un grave error, pensando que una determinada cantidad de dinero cubre la ausencia de tiempo juntos o constituye manifestación de cariño. Lo más probable es que este se transforme en golosinas ricas en grasas y azúcar.
Se debe disminuir el tiempo de inmovilización frente al televisor y al computador a no más de 2 horas diarias e incentivar el desarrollo de actividades deportivas y de esparcimiento al aire libre, que el niño no las sienta como obligatorias: “veamos cuanto te demoras en ir y volver corriendo hasta la esquina, ¿veamos ahora si lo haces en menor tiempo?, mañana probaremos de nuevo, creo que puedes hacerlo más rápido”. Saltar la cuerda, llevarlo a la plaza para que juegue a colgarse de los fierros, saltar, pasar por entre los obstáculos, etc.
Los padres no deben olvidar que cuando van al supermercado, son ellos quienes dirigen las compras, no los niños.
Evitar salir de compras al supermercado con hambre, para favorecer que las compras sean hechas con racionalidad y no guiadas por el estómago. Esto también es válido para los niños.
Instaurar horarios que incluyan 4 a 5 comidas diarias: desayuno, almuerzo, once y cena, más una colación opcional.
No olvidar que las necesidades de alimentación del niño son, en términos absolutos, inferiores a las del adulto, esto significa que las cantidades a servir deben ser menores, en este sentido es una buena opción elegir platos pequeños y evitar repetir la porción. Las comidas deben venir servidas desde de la cocina. La opción de auto servicio con las preparaciones puestas en la mesa, favorece un mayor consumo de alimentos.
Tanto el almuerzo como la cena deben componerse de una ensalada abundante, un segundo plato con carnes blancas o rojas o huevo, en base de cereales, papas, leguminosas, y un postre de fruta.
¿Son importantes en la salud de los niños los eventos sociales como los cumpleaños?
Sin ninguna duda, no solo por lo que comen durante el cumpleaños, sino también por lo que reciben de regalo, normalmente muchos chocolates.
Los cumpleaños se llenan de azúcar y grasas: la torta, galletas, los dulces de la piñata, las bebidas aportan las calorías del azúcar. Las ramitas, suflitos, papitas fritas envasadas, hacen lo suyo con las grasas, que además son de mala calidad. Como si esto fuera poco, hoy los cumpleaños son dejados en manos de los restaurantes de comida rápida, que incluyen más grasa por medio de las hamburguesas, papas fritas y mayonesa.
¿Pero, como podemos hacer un cumpleaños saludable?
Con frutas, almendras, nueces, ciruelas secas, palitos de zanahoria y apio con salsa de yogurt con ciboulette, una torta que contenga harina integral y cremas dietéticas. Jugos de fruta endulzados con mitad azúcar y mitad endulzante. En mi opinión la piñata es algo prescindible puesto que no se origina en nuestras costumbres, pudiéndose retomar la costumbre de las sorpresas, las que no incluyen golosinas.