Wednesday, August 29, 2007


OMEGA 3, UNA GRASA PARA VIVIR MEJOR


Una dieta sana y equilibrada, capaz de reportar efectos positivos en la salud, requiere una gran variedad de alimentos que aporten al organismo todas las sustancias requeridas, particularmente las esenciales, llamadas así debido a la necesidad de obtenerlas con la dieta dado que el organismo no las fabrica. Una de ellas es un ácido graso conocido como OMEGA 3, cuya importancia es trascendental para el desarrollo del sistema nervioso central y un gran protector para el sistema cardiovascular.

En forma simple, para que lo entienda cualquier persona ¿Qué es el ácido graso omega 3?

Los ácidos grasos omega-3 son aceites que se encuentran en alta proporción en los tejidos de ciertos pescados, y en algunas fuentes vegetales como las semillas de lino, los cañamones y las nueces. Existen dos ácidos grasos de cadena larga del tipo omega 3, siendo estos fundamentales para la salud: el ácido eicosapentanoico (EPA) y el ácido docosahexanoico (DHA)

¿Cuál es el beneficio de los ácidos grasos omega 3 para la salud?

Los omega 3 son componentes particularmente importantes de las membranas que envuelven las células nerviosas constituyendo un componente fundamental del cerebro, de modo tal que una importante cantidad de funciones dependen de la presencia de los ácidos grasos omega 3. Los omega 3 han demostrado científicamente ser imprescindibles en el desarrollo de la visión. Esta probado que el omega 3 aumenta en forma importante el tiempo de coagulación, efecto que permite explicar porqué en comunidades que consumen muchos alimentos con omega 3 (esquimales, japoneses), la incidencia de enfermedades cardiovasculares es sumamente baja, en otras palabras el ácido graso omega 3 es un gran protector del corazón.

El EPA (ácido eicosapentanoico) produce una disminución de los triglicéridos y del colesterol LDL. Además tiene efectos antitrombóticos, evita la formación de coágulos y posteriores infartos; baja la presión arterial y reduce la insulino resistencia.

El DHA (ácido docosahexanoico) se relaciona con la formación y la función del tejido nervioso visual.

¿Nuestra alimentación aporta suficientes ácidos grasos Omega 3?

Definitivamente no, en la actualidad existe una preocupante carencia de ácidos grasos del tipo omega 3, particularmente debido al bajísimo consumo de pescado (Chile 5 Kg. per cápita al año, mientras Perú 20 Kg. Y Japón 70 kilos persona al año). Nuestra dieta ha tenido, durante las últimas décadas, un riesgoso vuelco hacia los ácidos grasos del tipo omega 6, los que siendo tan esenciales como los omega 3 se requieren en una proporción saludable - 1 de omega 3 por 4 de omega 6 – actualmente esta relación supera la proporción de 1 a 16 a favor de los omega 6.

¿Es cierto que el omega 3 tiene relación con la conducta de las personas?

Efectivamente, son esenciales para la formación y adecuado funcionamiento del cerebro. La ingesta deficiente de omega 3 produce diversas alteraciones en la neurotransmisión, lo que puede ser una de las causas de diversos trastornos siquiátricos como la depresión mayor y la esquizofrenia. Se ha demostrado que pacientes suplementados con dichos ácidos grasos presentan una mejoría importante de sus síntomas. Los omega 3 han demostrado ser útiles en disminuir la agresividad de personas expuestas a altos niveles de estrés psicológico. Estudios han demostrado también sorprendentes mejorías en la cognición, en la memoria a corto plazo, en las capacidades matemáticas y en los niveles de concentración.

¿Cómo influyen sobre la inteligencia?

Una mayor concentración de estos ácidos grasos medidos en lactantes, se correlacionan con una mayor capacidad de aprendizaje y de concentración. Algunos investigadores han propuesto que el adecuado aporte de omega 3 durante el período perinatal puede tener repercusiones en la inteligencia y en la intelectualidad del individuo en su edad adulta, y también una menor morbilidad

¿Qué importancia tienen los omega 3 durante los primeros meses de vida?

El aporte adecuado de ácidos grasos Omega 3 durante el período gestacional y postnatal parece ser un factor importante para lograr un adecuado desarrollo y posterior funcionalidad del sistema nervioso y visual del recién nacido. La madre, sin lugar a dudas, tiene un rol fundamental en este aporte por lo cual su nutrición, y particularmente su disponibilidad de estos ácidos grasos durante la gestación y la lactancia es de primera importancia. La leche materna provee todos los requerimientos del recién nacido y su composición se adecua a la edad del lactante.

¿Qué beneficios tiene para el niño y el bebé?:

El aporte de DHA favorece positivamente la capacidad de aprendizaje, de memorización y de resolución de problemas, esto se asocia con un mayor desarrollo de la inteligencia.
Además el DHA se asocia con la obtención de una mejor agudeza visual.
En los niños se puede incorporar aceite omega 3 después de la lactancia, dado que nuestra alimentación y particularmente la de los niños, es deficitaria en este nutriente

¿Cuánto es recomendable consumir de omega 3?

Las recomendaciones varían entre 600 mgr. y 1 gramo diario de omega 3 (EPA + DHA). Omega 3 en total, incluido el alfa linoléico que está en los productos vegetales, es de 2,5 gramos al día (esto significa comer pescado 2 veces a la semana al menos), en Chile el consumo de omega 3 alcanza a los 250 a 300 miligramos.
De no existir un consumo adecuado de pescados grasos como sardinas, jurel, atún, salmón, es recomendable consumirlo en preparados, tanto en cápsulas como en aceite. Como suplemento los expertos recomiendan 2 cápsulas diarias en adultos. En niños mayores de 6 meses 1 a 2 cucharaditas de aceite omega 3 en el almuerzo. En niños mayores puede incorporarse en cápsulas en cantidad de una diaria. Es recomendable consumirla junto con el desayuno. Es claro que los beneficios del omega 3 se darán en el contexto de una dieta saludable.

¿Existe alguna contraindicación?

Para los adultos y niños que presentan alergia o hipersensibilidad al pescado no es recomendable el consumo de los aceites derivados de este producto.

Rafael Jiménez Lira
Nutricionista (Msc)

Wednesday, August 22, 2007


MOTIVOS POR LOS CUALES ABANDONAMOS LA DIETA
Mas de la mitad de los chilenos empleamos gran parte de nuestro tiempo en permanentes intentos por hacer una dieta. Algunos con el propósito de conseguir ese cuerpo esbelto y atractivo que nos ofrece la publicidad, otros con el ánimo explícito de alcanzar un estado de salud de buena calidad. Estos intentos y sacrificios auto impuestos, son más frecuente cuando vislumbramos en el horizonte cercano la llegada de las estaciones de calor, la primavera y especialmente el verano. Cuando las vacaciones el calor y la playa nos obliga disminuir nuestra indumentaria resultando difícil simular esos kilos acumulados durante los meses de frió.
Sin embargo, a la hora de iniciar una dieta los motivos del abandono son múltiples y nos entregamos una vez más al placer del sabor, a la sensualidad de los alimentos. Hoy analizaremos el porqué del abandono.

¿Cuáles son las razones por las cuales es tan frecuente abandonar una dieta?

La primera razón para el abandono de una dieta tiene que ver con la motivación, es muy importante tener claro cual es la razón por la cual vamos a hacer cambios en nuestro estilo de alimentación. Estar seguros que los cambios son favorables y beneficioso para la salud. Debemos sentir una fuerza interior que nos mueva e impida que abandonemos frente al primer traspié.

¿Cuánto tiempo debiera durar una dieta bien hecha?

Esa es una pregunta clave. Una dieta no tiene fecha de término y la razón es muy simple, se requiere, cuando iniciamos una dieta, prepararnos para adoptar hábitos de alimentación saludables, esto es cambiar hábitos, por lo tanto una dieta debe ser para toda la vida. Probablemente sea esta la causa más importante en el abandono, el no prepararnos para modificar definitivamente nuestro estilo de alimentación.

¿Qué otros motivos son causantes del abandono?

Falta de organización. Para hacer una dieta es fundamental contar con todos aquellos alimentos que formarán parte de nuestro plan de alimentación, aprovechar el fin de semana para abastecernos de los alimentos que incorporaremos los días siguientes, de otro modo todo se transformará en una permanente improvisación.

Mucha ansiedad por los resultados. El proceso de aumento de peso ha demorado años, tantos como para casi no darnos cuenta, sin embargo deseamos resultados inmediatos. En este sentido la dieta debe iniciarse con una buena cuota de paciencia. Aceptar una baja que varíe entre 2 y 4 kilos mensuales es recomendable. En ocasiones detener el incremento de peso es un buen comienzo.

La monotonía: Algunas personas solo comen verduras cocidas y carne de ave cocida, con lo cual se aburren rápidamente, lo aconsejable es conseguir recetas que permitan variedad y le den atractivo a la dieta.

Por sucumbir a las tentaciones frente a las cuales (las tentaciones), adoptamos una conducta de compensación, que consiste en restringir o evitar la comida siguiente, con esto generamos hambre que trae consigo una nueva trasgresión y al cabo de algunos días la dieta es simplemente un gran desorden. Frente a las trasgresiones debemos ser comprensivos con nosotros mismos, comprometernos a disminuir las tentaciones y seguir con el plan tal como ha sido trazado.

¿Qué pasa con aquellos alimentos que no nos gustan y forman parte de la dieta?

La incompatibilidad es también un motivo de abandono, el desagrado por los alimentos que integran un nuevo estilo de alimentación. “No tomo leche”, “no me gustan las verduras”, “los cereales integrales me dan asco”, no existe el ánimo de incorporar cambio en los hábitos de alimentación. El consejo es iniciar la incorporación de alimentos nuevos en forma paulatina, buscar preparaciones atractivas y, especialmente hacerse un convencimiento mental que favorezca el cambio.

¿Basta con las sugerencias de una amiga, o seguir las indicaciones de una revista para llevar adelante una dieta?

La falta de orientación profesional es también un motivo de abandono. Se hace la dieta que le sugirió la amiga o la que está de moda, sin conocimiento. Cada persona requiere cubrir sus propias necesidades nutricionales en base a sus características de estatura, peso, edad y actividad física, todo lo cual requiere de ayuda profesional.

Es mismo motivo, la falta de orientación profesional conduce a otra causa de abandono: Muy hipocalóricas: Dietas muy restringidas son peligrosas para la salud, no es posible seguirlas por largo tiempo, generan hambre y los escasos kilos perdidos se recuperan con facilidad.

¿Las personas pueden premiarse por los logros obtenidos?

Recompensas alimentarias por cada progreso. En vez de motivar equivalen a coger kilos. Es bueno obtener recompensa pero sugiero buscarla en rubros ajenos al alimentario, una ida al cine o a cualquier otro espectáculo, algún regalo en vestuario, un viaje, etc.


Falta de honestidad. Es fácil engañarse a uno mismo o al nutricionista.

Creencias erróneas. No hay dietas milagrosas; lo que funciona para unos no es recomendable para otros.



Rafael Jiménez Lira
Nutricionista (Msc)