BEBIDAS DE FANTASÍA Y OBESIDAD
EEUU; México y Chile lideran el consumo de bebidas gaseosas en el mundo, su consumo se encuentra en permanente aumento. Cada año las embotelladoras invierten grandes sumas de dinero en publicidad con el propósito de incrementar sus ventas. Este objetivo de crecimiento en ventas encuentra en el calor de las estaciones que comenzamos a vivir, su más cercano colaborador. Es así como la danza de camiones de reparto, relleno de estanterías en centros de ventas y viajes interminables al supermercado, rellenan nuestras barrigas con líquidos azucarados multicolores, como las flores en primavera.
¿Tomamos mucha bebida los chilenos?
En promedio los chilenos superamos los 120 litros de bebidas al año, es importante tener presente que esta cifra solo señala un promedio que se obtiene por medio de la simple división entre el total de litros vendidos en un año por el total de la población, sin embargo la distribución no es matemáticamente exacta, una importante proporción de esta no bebe esa cantidad de gaseosas (lactantes, ancianos, personas a las que no les agrada) por lo tanto el consumo se centra en la población más joven, pudiéndose encontrar consumos individuales que superan los 500 cc diarios.
El problema se acrecienta, además por un sistema económico en crecimiento continuo que no establece limites, por lo tanto, las compañías elaboradoras y comercializadoras de gaseosas se proponen un crecimiento anual permanente que para cumplirlo utilizan un arma verdaderamente devastadora como es la publicidad
¿Qué significado para la salud tiene este alto consumo de gaseosas de los chilenos?
El consumo de bebidas gaseosas está siendo vinculado cada vez más con la epidemia de obesidad a la cual se ve enfrentado hoy en día el mundo entero. Existe evidencia científica de este fenómeno.
Es muy importante entender el siguiente concepto y tenerlo particularmente claro con relación a los niños: Por lo general el organismo es capaz de controlar lo que come por medio del mecanismo de “hambre y saciedad”, esto es cuando lo que comemos tiene consistencia sólida, o sea, se come cuando se tiene hambre y se deja de hacerlo cuando estamos satisfechos, en los niños este mecanismo es certero. Sin embargo, tomar bebidas azucaradas no es lo mismo que comer alimentos sólidos, las calorías de las bebidas azucaradas no sacian de la misma forma, sumándose por lo tanto a las calorías de la dieta, lo que genera una ingesta alta en calorías y favorecedora de la obesidad.
Cabe señalar que las calorías de las bebidas azucaradas son consideradas “calorías vacías”, esto significa que no aportan ningún otro nutriente que el azúcar a diferencia de los jugos de fruta por ejemplo, que aportando una igual cantidad de calorías en un mismo volumen, contienen además vitaminas, antioxidantes, fitoquímicos, fibra, etc. Con total ausencia de aditivos químicos.
¿Pueden ocasionar otros problemas de salud además de la obesidad?
Existen sospechas fundadas respecto al rol que puede ejercer el ácido fosfórico agregado a las bebidas colas sobre la desmineralización de los huesos.
En los niños el alto consumo de gaseosas puede generar las siguientes alteraciones (Comité de Nutrición de la Sociedad de Pediatría de Argentina):
Mayor riesgo de sufrir caries y erosión dental.
Trastornos nutricionales como la obesidad, carencias vitamínicas y de minerales.
Alteraciones en el crecimiento (menor talla respecto de su potencial genético).
Diarreas.
Dolor abdominal.
Gastritis
Disminución de calcio en la sangre, llegando en casos extremos en lactantes a presentar convulsiones.
Irritabilidad y trastornos de la conducta e insomnio.
En el aspecto nutricional el consumo frecuente de bebidas puede ocasionar:
Disminución o rechazo por el consumo de leche.
Desordenes en el apetito a la hora de comer.
Las bebidas de elaboración industrial suelen contener una gran variedad de aditivos químicos: acidulantes, endulzantes, colorantes, saborizantes, aromatizantes, conservantes, reguladores y neutralizantes de la acidez, espesantes, antioxidantes, que si bien están permitidos su consumo en niños debe ser vigilado, particularmente porque el sobre consumo puede significar la ingesta de estos aditivos por sobre las dosis máxima permitida.
¿Qué efecto tiene la publicidad de los refrescos?
Para responder a esta pregunta aprovecharé un artículo aparecido en la última edición de la prestigiosa revista “Diabetes Voice”, órgano oficial de la IDF (Federación Internacional de Diabetes) http://www.diabetesvoice.org/:
El artículo se titula: “Obesidad Infantil, precio inaceptable del éxito publicitario, dice así: “El Grupo de Trabajo Internacional contra la Obesidad calcula que unos 45 millones de niños en edad escolar están obesos. Está ampliamente reconocido que la moderna transformación del estilo de vida, que incluye la adopción extendida de conductas sedentarias y un dramático aumento del consumo de alimentos con un alto contenido en grasas y azúcares y bajo en nutrientes, se encuentra tras la pandemia de afecciones de origen obeso, como la diabetes tipo 2. Además, un creciente conjunto de pruebas científicas vincula los riesgos para la salud que supone la obesidad, especialmente en niños, debido al consumo de refrescos azucarados. Estos alimentos y bebidas potencialmente dañinos se publicitan en todo el mundo mediante tácticas altamente eficaces y cada vez más sofisticadas. La pregunta es si los costos humanos del éxito de esta publicidad no serán demasiado altos”
Los refrescos y la diabetes del tipo 2: (Diabetes Voice Volumen 52, mayo del 2.007)
Una revisión de los estudios publicados muestra una relación clara y consistente entre el consumo de refrescos azucarados y una mala dieta con el aumento de obesidad y diabetes tipo 2. Los investigadores revisaron y analizaron 88 estudios y llegaron a la conclusión que las recomendaciones de limitar el consumo de bebidas azucaradas a nivel de la población “vienen sólidamente apoyadas por las pruebas científicas de las que disponemos”
Se encontraron claras asociaciones entre el consumo de este tipo de refrescos y el aumento de la ingesta energética y del peso corporal. Es de destacar que esto iba también asociado con un descenso en la ingesta de leche y por consecuencia del calcio y otros nutrientes y con un aumento del riesgo de varios problemas de salud, como la diabetes tipo 2.
El jarabe de fructosa: el eslabón entre la obesidad y los refrescos (Diabetes Voice, volumen 52, mayo 2007).
Investigadores españoles documentaron recientemente un posible mecanismo que podría explicar los vínculos entre el aumento de la obesidad y las bebidas azucaradas (Hepatology 2007; 45: 778 – 88). Describieron el importante papel del jarabe de maíz, alto en fructosa, en la creciente epidemia de obesidad.
¿Tomamos mucha bebida los chilenos?
En promedio los chilenos superamos los 120 litros de bebidas al año, es importante tener presente que esta cifra solo señala un promedio que se obtiene por medio de la simple división entre el total de litros vendidos en un año por el total de la población, sin embargo la distribución no es matemáticamente exacta, una importante proporción de esta no bebe esa cantidad de gaseosas (lactantes, ancianos, personas a las que no les agrada) por lo tanto el consumo se centra en la población más joven, pudiéndose encontrar consumos individuales que superan los 500 cc diarios.
El problema se acrecienta, además por un sistema económico en crecimiento continuo que no establece limites, por lo tanto, las compañías elaboradoras y comercializadoras de gaseosas se proponen un crecimiento anual permanente que para cumplirlo utilizan un arma verdaderamente devastadora como es la publicidad
¿Qué significado para la salud tiene este alto consumo de gaseosas de los chilenos?
El consumo de bebidas gaseosas está siendo vinculado cada vez más con la epidemia de obesidad a la cual se ve enfrentado hoy en día el mundo entero. Existe evidencia científica de este fenómeno.
Es muy importante entender el siguiente concepto y tenerlo particularmente claro con relación a los niños: Por lo general el organismo es capaz de controlar lo que come por medio del mecanismo de “hambre y saciedad”, esto es cuando lo que comemos tiene consistencia sólida, o sea, se come cuando se tiene hambre y se deja de hacerlo cuando estamos satisfechos, en los niños este mecanismo es certero. Sin embargo, tomar bebidas azucaradas no es lo mismo que comer alimentos sólidos, las calorías de las bebidas azucaradas no sacian de la misma forma, sumándose por lo tanto a las calorías de la dieta, lo que genera una ingesta alta en calorías y favorecedora de la obesidad.
Cabe señalar que las calorías de las bebidas azucaradas son consideradas “calorías vacías”, esto significa que no aportan ningún otro nutriente que el azúcar a diferencia de los jugos de fruta por ejemplo, que aportando una igual cantidad de calorías en un mismo volumen, contienen además vitaminas, antioxidantes, fitoquímicos, fibra, etc. Con total ausencia de aditivos químicos.
¿Pueden ocasionar otros problemas de salud además de la obesidad?
Existen sospechas fundadas respecto al rol que puede ejercer el ácido fosfórico agregado a las bebidas colas sobre la desmineralización de los huesos.
En los niños el alto consumo de gaseosas puede generar las siguientes alteraciones (Comité de Nutrición de la Sociedad de Pediatría de Argentina):
Mayor riesgo de sufrir caries y erosión dental.
Trastornos nutricionales como la obesidad, carencias vitamínicas y de minerales.
Alteraciones en el crecimiento (menor talla respecto de su potencial genético).
Diarreas.
Dolor abdominal.
Gastritis
Disminución de calcio en la sangre, llegando en casos extremos en lactantes a presentar convulsiones.
Irritabilidad y trastornos de la conducta e insomnio.
En el aspecto nutricional el consumo frecuente de bebidas puede ocasionar:
Disminución o rechazo por el consumo de leche.
Desordenes en el apetito a la hora de comer.
Las bebidas de elaboración industrial suelen contener una gran variedad de aditivos químicos: acidulantes, endulzantes, colorantes, saborizantes, aromatizantes, conservantes, reguladores y neutralizantes de la acidez, espesantes, antioxidantes, que si bien están permitidos su consumo en niños debe ser vigilado, particularmente porque el sobre consumo puede significar la ingesta de estos aditivos por sobre las dosis máxima permitida.
¿Qué efecto tiene la publicidad de los refrescos?
Para responder a esta pregunta aprovecharé un artículo aparecido en la última edición de la prestigiosa revista “Diabetes Voice”, órgano oficial de la IDF (Federación Internacional de Diabetes) http://www.diabetesvoice.org/:
El artículo se titula: “Obesidad Infantil, precio inaceptable del éxito publicitario, dice así: “El Grupo de Trabajo Internacional contra la Obesidad calcula que unos 45 millones de niños en edad escolar están obesos. Está ampliamente reconocido que la moderna transformación del estilo de vida, que incluye la adopción extendida de conductas sedentarias y un dramático aumento del consumo de alimentos con un alto contenido en grasas y azúcares y bajo en nutrientes, se encuentra tras la pandemia de afecciones de origen obeso, como la diabetes tipo 2. Además, un creciente conjunto de pruebas científicas vincula los riesgos para la salud que supone la obesidad, especialmente en niños, debido al consumo de refrescos azucarados. Estos alimentos y bebidas potencialmente dañinos se publicitan en todo el mundo mediante tácticas altamente eficaces y cada vez más sofisticadas. La pregunta es si los costos humanos del éxito de esta publicidad no serán demasiado altos”
Los refrescos y la diabetes del tipo 2: (Diabetes Voice Volumen 52, mayo del 2.007)
Una revisión de los estudios publicados muestra una relación clara y consistente entre el consumo de refrescos azucarados y una mala dieta con el aumento de obesidad y diabetes tipo 2. Los investigadores revisaron y analizaron 88 estudios y llegaron a la conclusión que las recomendaciones de limitar el consumo de bebidas azucaradas a nivel de la población “vienen sólidamente apoyadas por las pruebas científicas de las que disponemos”
Se encontraron claras asociaciones entre el consumo de este tipo de refrescos y el aumento de la ingesta energética y del peso corporal. Es de destacar que esto iba también asociado con un descenso en la ingesta de leche y por consecuencia del calcio y otros nutrientes y con un aumento del riesgo de varios problemas de salud, como la diabetes tipo 2.
El jarabe de fructosa: el eslabón entre la obesidad y los refrescos (Diabetes Voice, volumen 52, mayo 2007).
Investigadores españoles documentaron recientemente un posible mecanismo que podría explicar los vínculos entre el aumento de la obesidad y las bebidas azucaradas (Hepatology 2007; 45: 778 – 88). Describieron el importante papel del jarabe de maíz, alto en fructosa, en la creciente epidemia de obesidad.
Rafael Jiménez Lira
Nutricionista (Msc)